Día de la Bandera: Espías Bonapartistas

24.02.2021


¿Sabías que...?

Durante la sublevación independentista, personajes europeos como Napoleón Bonaparte, emperador de Francia; Desideria Clary, princesa consorte de Suecia y Noruega; Darlane Dobrev, Condesa de Jämtland; Julia Clary, reina ausente de España y los Vizcondes Luanna, una familia ítalo portuguesa adinerada, estaban interesados en capturar a José María Morelos y Pavón. ¿Por qué?

El ejército insurgente ondeaba la bandera de Morelos proclamando soberanía, una autonomía que evidentemente había sido otorgada, pero aún con el yugo español de la familia Bonaparte. Creían que independizar a México de la corona era una virtud común de aquellos nacidos en tierras usurpadas, de la cual sentimientos enraizados vociferaban el grito de guerra, una insurrección inevitable. Demasiado ruido en América, pone en duda la capacidad de la realeza europea, que con simples y burdas palabras sometieron a toda una nación.

Detrás de la historia mexicana se construyó una red de espionaje francesa, la cual informaba directamente a José Bonaparte, entonces rey de España; sin embargo, ante la ineptitud y falta de compromiso por el Virrey Venegas, el emperador Napoleón prestó a varios de sus emisarios al servicio de su hermano, enviándolos como consultores de guerra asistiendo al ejército realista en su lucha contra los insurgentes.

Era un secreto a voces, Napoleón Bonaparte decretó autonomía a América, pero la actividad de sus espías levantaba sospechas y engaitos acerca de sus tratados. Poco a poco fueron cayendo, tanto en manos de los insurgentes como del propio ejército realista. Ante la vaga respuesta de los agentes bonapartistas, Desideria tuvo la magnífica idea de enviar a una Condesa infiltrada, quien no era catalogada como una aguerrida personalidad, sino como una extensión de la realeza en la que podían confiar.

La Condesa de Jämtland llegó a México acompañada de tres espías franceses, disfrazados como sacerdotes. Recorrieron el país sin problema alguno, ni siquiera los espías insurgentes supieron de su presencia hasta que se presentaron en la Promulgación de los Sentimientos de la Nación, en la catedral de Santa María de la Asunción.

La espía sueca tenía órdenes estrictas de asesinar al cura cabrón, Miguel Hidalgo y Costilla, capturar a José María Morelos y Pavón, tomar el barco facilitado por los Vizcondes Luanna en el puerto de Ulloa y llevarlo ante Napoleón.

Era un plan arriesgado, pero muy ilusorio. Desafortunadamente, los insurgentes actuaron rápido y descubrieron a tiempo a los sacerdotes franceses, los ejecutaron en el paredón. En cuanto a la Condesa de Jämtland, se le obligó a pelear del lado de los insurgentes, traicionando el pacto que tenía con los realistas, especialmente con Venegas y el general Lucas Barrillo.

Sabemos de primera mano y por fuentes históricas acreditadas que, efectivamente, Napoleón Bonaparte envió espías a México para causar estragos y acciones de falsa bandera (Caos ejecutado por ellos y luego culpar a los insurgentes), pero también hay actividades inciertas en la realeza de Suecia, quien a pesar de mostrar neutralidad, cooperaron discretamente con miembros de la Corte Real para el apaciguamiento de los insurgentes, quienes en un intento por mantener fuertes alianzas con Napoleón, descuidaron la pena y la vergüenza.

Compartan, queridos lectores.

Saludos y hasta la próxima publicación.



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